La caza de huevos de Pascua: trucos para organizar una estupendísima

El sábado previo a Pascua se me ocurrió organizar lo que, será una americanada y todo lo que queráis, me tuvo emocionada (más a mí que a los niños) mínimo una semana: hablo de una caza de huevos de chocolate.

Invitamos a nuestro jardín a otras cuatro familias (cada una a la sazón con 2, 2, 1 y 1 hijos, todos entre cinco años y medio y dos. Marti era la más chiquitita con sus 20 meses), organizamos un aperitivo para los padres y a los peques les retamos a que descubrieran sus tesoros chocolatosos.

Aunque los vaticinios del Iphone y los partes meteorológicos decían que ese día llovía, tuvimos un montón de suerte y al final, hasta el anochecer, el día estuvo despejado y amable. Así que toda la tarde tuvimos la sensacióne extra de regalo del clima. Y encima pudimos gozar del jardín, que dentro la caza hubiera sido mucho menos lucida y hubiera podido acabar como el rosario de la aurora.

Ya solo la excusa de la fiesta nos dio para dos días de manualidades. Uno de pintado de huevos de plástico (esos de dentro de los Kinder, nos quedó súper fatal, se despegaba toda la pintura y quedaron bien feos) y otro para pintado de cajas, que habrían de ser los cestos de recogida. Lo cierto es que tampoco eso se nos dio muy bien pero mirad qué cosa más linda pintó Mía en las tapas (yo le tracé la forma del cuerpo y ella hizo el resto, patitas, picos, ojos y alas incluídas!)



Queríamos hacer también las invitaciones pero ya para eso no dimos.



Total que para el sábado compré embutidos, piadinas, Spritzs, Lambrusco y vino blanco para los padres... y heladitos (los conos minúsculos de Algida) y galletas para los peques... además de montones de chocolate.

Aunque luego en la caza cada uno zampó anárquicamente (sobre todo Mía, que la pillamos luego a oscuras, escondida en su cuarto, devorando su tesoro como si no hubiera un mañana), cada niño tocaba a:

- Un huevo kinder
- dos bolsitas de conejo (una con dos huevitos y una con huevo y barrita Kinder) Que fueran así de monas fue coña porque las tenía del Aliexprés
- Dos huevos de plástico amarillos rellenos de caramelos
- Además había tres huevos grandes

La cesta quedó tal que así


Total, que en cierto momento del aperitivo, obligamos a los peques a entrar todos en casa, en la cocina, con las ventanas y contraventanas cerradas, que eran muy pillastres y se asomaban, mientras dos mamás hacíamos de conejillo (sin disfraz ni nada) y escondíamos todo en el jardín. Muy importante, les enseñamos la cesta dándoles idea de todo lo que tendrían que buscar. Estaban que botaban de emoción. Como eran tantas cosas nos llevó un buen rato, conscientes, además, de no poder esconder en sitios altos dada la altura limitada de la prole. Y ellos dentro gritando, acabad ya!!

Y vía! A buscar. La cara de los peques no tenía precio. Tan bien lo estaba pasando ayudando a Marti y a los pequeñitos, que hasta se me olvidó hacer fotos.

La caza les gustó muchísimo. Se pusieron finos de choco y que, cuando creían haber encontrado todo (que no era cierto, porque aún me encuentro algún huevo por ahí), decidieron repetir ellos, uno escondía y los otros los buscaban. Y era una risa porque luego se olvidaban...

Espero repetir el año que viene. Me parece una forma muy divertida de enseñar a los niños el valor de la observación, el fijarse, el deternerse a mirar.



Comentarios

  1. Respuestas
    1. vuelvo por ti, querida lectora (o, quizás, aunque sea improbable, querido lector) desconocido. Por ti vuelvo. que lo sepas

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