El parto garbanzo (3) Bienvenidos bebés!

Un parto vaginal gemelar tiene algo de circo. Debe de ser eso. Porque en quirófano me esperaban no sé, 25, 30, 35 personas... Cuatro ginecólogos (y dos de ellos talluditos, nada de post-residentes), seis neonatólogos, mi matrona Pilar, otras 2 o 3 más, un porrón de anestesistas, personal de quirófano... y todo residente que anduviera por ahí que entró a cotillear o hacer bulto (incluso los sacaron, eh, vosotros, detrás de la cristalera). Tanta gente, tantísima gente que me asusté... pensé que ocurría algo y no me lo habían contado y se me empezaron a saltar las lágrimas. Crazy total. Pero no podía evitarlo.

Pilar, mi amuleto, defendió mis gafas. Me las dejaron puestas. Me cubrieron las piernas y me indicaron donde estaban las agarraderas para empujar. Y en cuanto me hube calmado un poco empecé. Garbancita se resistía y me dijeron que iban a ayudarla con forceps. Uno de mis anestesistas favoritos (luego supe que era Juanma, que se portó de 10 conmigo durante todo mi ingreso y al que le debo millones de gracias) me hacía de Cheerleader... ¡vamos, que lo estás haciendo genial! ¡Que ya vemos la cabecita! Que empujas de 10. ánimo. Esas cosas, parece que no, pero ayudan muchísimo.



Y salíó mi niña. Y me la pusieron encima, sobre mi pecho y la llené de besos y besos. ¡cómo te estás poniendo la cara!, me decían y yo no podía parar de llorar de felicidad y venga a besos. y más besos, una necesidad animal, algo que no había sentido nunca.

¡Basta! que te tienes que concentrar en el siguiente, me dijeron... así que se la llevaron a su lamparita de bebés a hacerle el test de Agbar (luego supe que había sacado un 9, mi niña preciosa) mientras ella, toda cubierta de grasita blanca, empezaba a llorar, el sonido más bonito que he escuchado en mi vida.

Mi matrona me puso una pulserita con un pececito naranja, "el primer premio, te queda otro". Mi niña linda había pesado 3,120 y estaba como una rosa.

Garbancito nos lo iba a poner más difícil. Seguía sin parar. Rompieron su bolsa. Y aunque Nacho (uno de los gines) ayudaba a Tatiana (otra gine) indicándole dónde estaban sus piernecitas, él se sacudía. Igual no quería salir aún "tengo un brazo y una pierna", "ay, se me ha escapado, los dos brazos", "los dos pies, los dos pies seguro". Y en un par de empujones, mi gorrión salió y mientras me lo ponían en el pecho oí "creo que le hemos hecho daño". Y entonces se me paró el corazón, pensé que me moría, porque ¿qué le habían hecho a mi niño? mi cosa preciosa que estaba sobre mi, 20 segundos, 15 segundos porque la neonatóloga me lo quitó enseguida, "tenemos que verlo" y yo con el alma en vilo hasta que, no habría pasado ni un minuto, la misma doctora se me acercó "creemos que puede tener una fractura en un bracito, lo movió al salir y ahora se queja y parece que le duele, pero sueldan muy bien, el resto está perfecto, las fracturas en bebés sanan enseguida". El tenía un 8 en el Agbar, lo supe luego.

Y entonces el corazón volvió a latir de nuevo. Tenía otra pulserita, esta vez con una estrella amarilla, "mi segundo premio". Mi gorrioncito pesaba 2,840 y aunque se iba a neonatos estaba bien, bien salvo el bracito.

De nuevo me colocaron a mi bebita encima, para el piel con piel mientras alumbraba (alumbrar es expulsar la placenta). Me debieron de sacar dos monstruos de placentas... pero yo estaba que me moría de amor, con mi cachorra encima.

Hasta que empecé a temblar, no podía parar de temblar, cada vez más violentamente, "párate, Ana, que molestas a la bebota, estáte quieta, es solo un poco de frío". Pero me la arrancaron de encima y cada vez temblaba más violentamente, convulsiones, parecía la niña del exorcista en plena posesión... y quería vomitar... Me estaba desangrando y la tensión se me iba de madre.

Y yo, toda aplicada "hace dos días me hice pruebas cruzadas, tengo pedidas transfusiones por si acaso" Y luego no me acuerdo del todo bien de lo que siguió.

Me pinchaban vías de cosas y cosas y me ponían una manta que se hinchaba como un secador y todo el mundo que antes me parecía que sobraba estaba haciendo algo... Y los cuatro gines se habían medio subido a mi tripa, venga a darme puñetazos y golpes en la tripa... imagino que para prevenir una atonía... creo que se lo dije a la adjunta rubia ¿es una atonía? ¿voy a perder el útero?... Y ella, 'tú has estudiado' No vas a perder nada de nada.

Y, mientras daban a mi niña a mi marido, y a mí terminaban de apañarme y me llevaban a reanimación, mis peques empezaban a vivir en este mundo y yo, aunque un poco molida, no os lo voy a negar (en reanimación venían de nuevo cada rato, a pegarme en el útero, qué manía y no me dejaban beber agua, y yo venga a soñar con una coca cola, yo que no bebo coca cola, una excentricidad como otra cualquiera, y con mis bebés, si estarían ya con su padre o dónde) yo, decía, era la mujer más feliz del mundo.

"Esto -me dijo Juanma- te pasa en un parto de esos hippies en casa, en el torrente, y te mueres".

Pero no me he muerto. El gorrioncito precioso ya tiene su primera escayola llena de firmas y no pone carita de dolor y mi koalina linda está cada día más maravillosa.

Y aunque no dormimos, y la casa está manga por hombro y nos enrabietamos un pelín a veces por tontunas... formamos una familia maravillosa.

Enseguida os cuento dificultades y preciosidades de mi maternidad gemelar... y  de la lactancia... puffff, no sé en un parto normal, pero yo lo he pasado regulero... ya os contaré ya.

Por cierto, Una madre molona, me da un premio. Soy muy feliz y en cuanto tenga un minuto dedicaré un post a esto, como corresponde. Vamos...

Comentarios

  1. Hola, Ana! Me alegro de que finalmente saliera todo bien. Te he estado leyendo estos días con el alma en vilo, y es un consuelo saber que estáis en casa felices. A nosotros aún nos queda un tironcillo (estamos de 26). Un abrazo!

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  2. Tienes un premio en mi blog.Besitos!
    http://mamapinguina.blogspot.com.es/2014/01/premio-conoceme.html

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  3. q tal todo?? nos tienes abandonadas!!! como está el bracito del peque??

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  4. Hola! Te leí mucho durante mi embarazo que coincidió casi con el tuyo y tu blog me valía mucho. Ahora echo de menos tus entradas, espero que tu y tus peques esteis bien, cuentanos algo cuando puedas! Besitos. Carol

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